COLABORADORES

LUCÍA CLEMENTINE

LuciaClementine, barcelonesa de 21 años, comparte su vida entre dos aspectos, lo que puede que sea el motivo de su adicción al prozac.

Enamorada del Nirvana, sueña con alcanzar un alma pura y sabia, así como la felicidad en armonía con el cosmos. Dibuja mandalas los días de Sol y canta bellos mantras. Su meta es la felicidad a través del conocimiento de uno mismo, con todas sus consecuencias. Sueña poder algún día ser tan libre como los pájaros.

Enamorada de los bares clandestinos de la urbe, sacude su cuerpo al ritmo del rock más duro. Bebe whisky solo y su meta es conseguir algo suelto para tomar otro más, acompañándolo con un pitillo. Los corazones se encrudecen a la noche, y ella lo sabe. El nihilismo no se convierte en opción y sí en supervivencia.

Se siente libre pero aún no es pájaro.

Relata cortamente, algunas de sus reflexiones entre la conexión de dos mundos totalmente opuestos, y en sus relatos puede observarse ese matiz en el cual puedes apreciar si se trata de la Mente o del Alma quien te lo cuenta.

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ENDER

Me aficioné a leer desde pequeño haciendo de lector para mi hermano, que era corrector tipográfico. He sido vendedor de libros, camarero, locutor-vendedor de bingo, empresario, contable, comercial de maquinaria de hosteleria y reformas y vigilante de seguridad. A pesar de algún pequeño esbozo veinteañero soy escritor tardio, en el 2007 comencé a escribir y desde entonces no he parado.

BÚ

Nací con un cadáver a mi lado, me chupó toda la sangre asíque mi corazón tuvo que hacer un esfuerzo enorme para intentar compensar el déficit y nací con megalocardia, un corazón gigante, y falto de sangre. A consecuencia de lo cual me pasé dos meses en incubadora con transfusiones. Transfusiones que me contagiaron un virus. Hepatitis B. Asíque me encotráis en un aeropuerto en málaga con 3 meses de edad amarillo como el limón... Luego mis padres descubrieron que no podía llorar. Tenía los conductos lacrimales obstruidos... me operaron, y desde entonces todo va sobre ruedas. Lloro cada vez que me place. Ah, y escribo poemas desde los catorce años. Y tonterías desde los 22.

TERESA

La primera vez que escribí obtuve una cutre carta de amor a la tierna edad de 13 años, a un chico italiano al que le gustaban las chicas de ojos azules y soleado pelo. A partir de entonces redacté demasiadas cartas que jamás envié, quizas porque no era rubia, quizá porque me rechazó. A partir de aquello me enamoré de las sílabas que me hacían sentir mejor y después de 7 años he sido más perfeccionista o, puede ser, me he vuelto más morbosa. Mi pasión es la esencia de la historia, en la que cada uno imagina su vida representada en mis palabras.

MARINA ICE

Uso la escritura como terapia para descargar todo aquello que me suceda, sueñe o perturbe. Comencé a escribir a mitad de instituto, cuando empecé a descentrarme y a elegir, como buena adolescente, el bando incorrecto, me tomaba la escritura a modo de autoayuda para no perderme aún más. Busco una paz interior aunque rodeada de un divertido caos.