PRÓXIMA PUBLICACIÓN: Si el universo no quiere, no vamos a llevarle la contra. Así que estaremos un pequeño periodo de unos 15 días sin publicaciones. Un saludo de Venerdi y Noelia.

18 de febrero de 2013

A motor parado

Estábamos en un precioso café del centro. El ritmo a nuestro alrededor era frenético: era la hora del descanso para café a mediodía, y la gente tenía prisa por volver al trabajo. La cafetería estaba a tope, las camareras no daban abasto y la gente gritaba exigiendo más rapidez.

En cambio, en nuestra mesa era todo tranquilidad. Yo veía difuminado todo lo que nos rodeaba. Casi a cámara lenta. No percibía el griterío, ni la ansiedad, ni el frenesí. Sólo sentía tu presencia, y tus ojos, y tus labios.

Nada me importaba fuera de ti. Tú eras el motor que daba cuerda a mi vida. Por eso no reaccioné cuando me dejaste. “Todo ha cambiado. No podemos seguir así”. Esas fueron las primeras palabras del discurso. Con esas palabras mi motor empezó a frenar. “Hemos terminado”. El motor se paró.

Yo seguí mirándote en silencio. Tú también me mirabas, sin saber bien qué hacer. Intentaste hacerme decir algo, pero mi motor estaba parado, no podía hacer nada. Pediste la cuenta, dejaste un billete de diez y te largaste.

Yo me quedé ahí. No sé cuánto tiempo. Cuando volví a reaccionar ya no había gente a mi alrededor. Ya no había gritos, ni ansias, ni frenesí. Ya no sentía tu presencia, ni tus ojos, ni tus labios.

Veía todo nítido. Las personas, las mesas, la barra. El tiempo corría al ritmo de “tic, tac, tic, tac”. El mundo volvió a la normalidad. Para mí, en cambio, todo era nuevo. No sabía qué era ese ritmo tan rápido, ni esas líneas tan definidas. “Todo ha cambiado. No puedo seguir así”, fue lo primero que pensé. Pasé de ser “nosotros” a ser “yo”.

Noelia. 18 de Febrero de 2012.

4 comentarios:

  1. Buen relato. Lo veo como un una fotografía en medio de una película. Todo el mundo continúa en movimiento y ellos ahí en esa burbuja intimista. O al menos el personaje, perdido en el mundo -y fuera de él- sin saberlo. Me quedo con esa idea de que podrías haber ido más lejos en ese "frikismo existencial" que hace segundos que me has comentado. Pero a mí me gusta esa idea de jugar con la estructura hasta la extenuación. Me gusta cómo con pocas frases se puede decir tanto, con ese final "Todo ha cambiado. No puedo seguir igual" que significa, en sí mismo, el cambio que desencadene lo que ya queda fuera de la película y de la foto y del relato y del comentario.

    ResponderEliminar
  2. Como ya te comenté ayer, el relato me ha gustado mucho. Es un texto que debido a la forma de narrar los acontecimientos, a la manera de describir esa sensación de la protagonista, al modo en que está tratado el tiempo, logra transmitir perfectamente la sensación de pérdida que se desea plasmar. Inocula en el lector esa brutal soledad a la que se enfrenta el personaje de una forma tan sutil que lo convierte en un relato absolutamente genial. Es curioso como de “estar en blanco” pasas en cuestión de segundos a redactar algo así… Enhorabuena por tu talento. Te envidio.

    ResponderEliminar
  3. Reincido en la calidad "visual" del relato enlazando escenas con sentimientos, el ruido de fondo marcando el ritmo del encuentro en uno u otro sentido. Una primera imagen, poderosa, de la pareja y de lo que siginifica ese instante, una segunda inundada de la soledad y sus consecuencias. El quiebro entre ambos instantes como un bisturí que disecciona el relato.

    ResponderEliminar