PRÓXIMA PUBLICACIÓN: Si el universo no quiere, no vamos a llevarle la contra. Así que estaremos un pequeño periodo de unos 15 días sin publicaciones. Un saludo de Venerdi y Noelia.

22 de febrero de 2013

Bébete mi esencia

Hay historias que nunca serán contadas y otras que es ofensivo no relatarlas.
Se metió las manos en los bolsillos en busca de uno de los cientos de mecheros que solía perder, encendió un cigarro y miró fijamente la iluminada pantalla de su portátil. Mientras se consumía el tabaco deslizaba sus dedos en cada letra que evocaban sus recuerdos, dio un trago al café, ese que le gustaba tomarse antes de irse a dormir, dicen que las almas torturadas tienden a no ser muy comunes. No salía nada, ni un mísero párrafo que valiera la pena, pensaba, se encendió otro cigarro y se echó en la cama. Ni la oscuridad,  ni el tabaco, ni los canta-autores hacían que saliera algo bueno de esa noche de inspiración fallida, ni si quiera ella, la infiel musa de sus noches, el cuerpo desnudo que deseaba cada noche en su cama. Esas horas de la noche solo evocaban la eterna imagen gravada en su retina que no sabía describir sin que sonara sucia o salvaje, cualidades que la delineaban perfectamente, pero también elegante y gata, dulce y endemoniada. No podía hacer surgir de sus pensamientos el trazo diabólico y santo de aquella mujer.

La había visto en la universidad, ella sabía que le volvía loco, un cuerpo de alfiler siempre cubierto de un estilo vintage, olía siempre a Chanel y a Marlboro, las uñas dignas de un felino. Se estremecía.

Aquella mañana de Otoño de un domingo cualquiera, en el que ella había aparecido en la puerta de su apartamento, decidió quitarse la ropa en el pasillo mientras él le ofrecía una cerveza. No perdió tiempo en pensar porque un trabajo de clase desencadenaba un sexo desenfrenado en el suelo de su cuarto, mientras sujetaba sus muñecas por encima de su cabeza, mientras ella lamía su endurecido orgullo mirando fijamente aquellos ojos que habían perdido la noción del tiempo. Al culminar su última embestida se tumbó en la cama y, dando un trago a aquella cerveza ya sin presión pasaron aquel lluvioso día entre semen, sudor e historias. Ella no volvió, y en la universidad a veces le miraba. Él no quería ir a buscarla, y se estaba volviendo loco. 


Recordaba como su boca sabía a eterna juventud, como su cuerpo serpenteaba en sus sábanas mientras él le ponía su mejor disco. Golpeó el cabecero de la cama, mierda, las atrancadas palabras en su garganta ahogando cualquier pensamiento que no fuera su pelo moreno al compás de cada " venga, uno más".





Teresa. 30 de Octubre de 2012.

5 comentarios:

  1. Buenísimo. El primer párrafo se me hace increíblemente visual. El tabaco, el café, la terrible hoja en blanco y una mujer dando vueltas en torno a las neuronas. Las descripciones que haces de ella son deliciosas: channel y malboro, vintage felina... Una pasada. Los momentos de acción los perfilas con pocas palabras y dejas que cobre vida en la mente de cada lector. "Él no quería ir a buscarla, y se estaba volviendo loco" Qué duro... y ese final, me encanta.

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  2. Gracias, siempre es un placer ser leída y comprendida.

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  3. Me siento identificada con muchas partes de este relato... O tal vez con él entero.

    La primera parte, el eterno enfrentamiento a una hoja en blanco los días que no sale nada de nosotros, creo que es algo por lo que todos los que escribimos -que no necesariamente escritores- hemos pasado alguna vez.
    La pequeña descripción de la chica, vintage, channel y malboro, si me permites decirlo, me hace pensar en alguien como tú. Sexy y con mirada felina.
    Y el sexo salvaje sin sentido... También ha estado en mi vida, cómo no.

    Me parece un relato fantástico, muy visual, muy visceral y muy real. Enhorabuena. Espero volver a verte por aquí algún día, aunque no me cuesta ningún trabajo ir al tuyo y leerte desde allí (lo hago en cuanto hay material nuevo).

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  4. Dos escenas, dos realidades que se engarzan a través de la musa, la escritora ávida de saciar su pluma, la mujer ávida de saciar su piel, por entre medias serpentea la musa dándole sentimiento y sentido a todo.

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  5. “Dicen que las almas torturadas tienden a no ser muy comunes”. Aquí habría que analizar cuál es la causa y cual la consecuencia. Quizá precisamente sean almas torturadas porque no son comunes, porque no se adaptan al mediocre sistema social que les rodea… En cualquier caso, la frase dice más de lo que pretende decir e invita a la reflexión, al menos a mí.

    De todos los relatos tuyos que he leído, que han sido unos cuantos, creo que este es el que más me gusta. La detallada descripción de la persona te forma una imagen muy peculiar, aunque creo que diferente en cada mente que la imagina. “Elegante y gata, dulce y endemoniada…”, me encanta la retórica y expresividad utilizada en términos generales.

    Nada que decir de la parte central, destacada por Dani y Noelia, dado que opino de manera muy similar a ellos. Una forma extraordinaria de darle una fortísima personalidad a ella. Como ha dicho Noe, y aun conociéndote más bien poco, creo que tienes bastante de la esencia de ese personaje.

    Como culminación, un párrafo extraordinario. La manera de contarlo supera a lo que se cuenta, y esto, al fin y al cabo, es lo que hace bello cualquier texto.

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