Hoy me
he levantado rodeada de mierda. Tengo mi casa patas arriba, dan ganas de
tirarlo todo y empezar de cero. Pero vaya, es comprensible después de un fin de
semana movidito.
Fui con
las colegas a un bar moderno donde ponen música oldies, lo cual carece de todo
sentido. Antes de ir ahí, nos pasamos por el Mal Paso, un antro de los de
verdad. Si no lo conoces está ahí en plaza real. Te lo recomiendo.
Total,
estoy ahí con la Voll damm y se me acerca un tío pidiéndome papel. Rebusco en
el bolso a reventar, y el chaval ve el libro que me estoy leyendo. “¿Cuál es?”
me dice. Se lo enseño. “Ah, Bukowski, no deberías leer esas cosas”
-¿Por
qué?- le digo
-Es un
machista y tú eres mujer.
-Bueno,
me he leído todos sus malditos libros y yo no he visto eso. ¿A qué parte te refieres?
-A
todas. Es un borracho, solo eso. - y
esto me lo dice zarandeando su cubata y salpicando por todos lados.- Verás, es
que yo no leo en el metro a modo de entretenimiento.-me suelta.
-Puede
que seas un poco sensible, a ver, ¿Qué leñe estás leyendo ahora?
- El
idiota, de Dostoievski.- dice
-Es
verdad, eres un erudito y yo no conozco ese libro. Pero para idiota tú.
Y nos
largamos camino al bar moderno.
En
parte los libros de auto ayuda tienen razón, en parte. Eso de que si tienes tu
entorno hecho un caos es porque tú lo eres,
a mí me parece una gran verdad. Dan ganas así como de decirte “so cerda,
tira esa puta compresa usada ya y ya verás cómo dejas de tener problemas con el
vino”. Es una teoría admirable. Lo de
dentro se expresa fuera. No hay dios que pueda quitarles la razón en eso.
Bueno,
lo de la ciencia mística tiene sus cosas buenas, y luego aparte infinidad de
sectas repartidas por ahí. Normal que pierda credibilidad la cosa, pero no está
demás escuchar lo que dicen un poco. Por ejemplo, yo no dejo de leer poesía actual
y ¿cómo te piensas que funciona todo? Ahora está saliendo mucha peña que
pública, pero luego suben fotos a instagram de todos juntos, en plan grupillo
de amigos. Y si miras bien, verás que no tienen amigos que no hayan publicado
en papel. O yo que sé, a lo mejor si
tienen pero a esos no los enseñan, los tienen ahí en plan escondidos esperando
a que se metan en la movida para enseñar sus jetos.
Total,
que estamos las colegas y yo en la barra del bar moderno, esperando a que la
camarera nos haga caso, y tenemos detrás a dos tíos asturianos hablando un poco
del percal.
-Estaba en ese recital, y moló bastante, pero no soy capaz de comprar
poemarios, no me gustan. Supongo que es como si vas al teatro, no te tienen
porque gustar los ensayos ¿no?
Eso que A. había estado atenta, y se gira a decirle cariñosamente que
si te gusta el teatro lo más normal del mundo es que te guste leerlo también.
Consumirlo en cualquiera de sus variabilidades vaya. El tío le contesta así
como si fuera lo más normal del mundo que algún desconocido se meta en su
conversación, no recuerdo bien pero insistía con el tema.
-El chico tiene razón A., los que consumen poesía son los propios
poetas.- digo. Que por cierto, es algo que siempre me recuerda D.
-Si si, y que conste que no tengo nada en contra eh, que mi amigo es
poeta.-dice.
Miro al colega que está apoyado en la barra. Ropa negra, mirada
perdida, piel lechosa, sin decir una puta palabra. No me cabe duda, le digo, tu
amigo es poeta, y de los buenos, los que a la gente le gusta leer.
Vamos a ver, es que gusta más el poeta que la propia poesía, y van
todos paseándose por ahí con ese aire enfermo, hablando solo de literatura. De
SU literatura. Entre ellos dan bombo a la cosa, que de verdad funciona así, es todo
imagen y aparentar. Luego su poesía es basura y no te dice lo más mínimo. Pero
se les hincha el ego igual. Van muy monos, si, pero no he conseguido acabar de
leer una frase de ninguno de ellos.
De sectas iba la cosa hoy, o de idiotas, algo así. Voy a ponerme a leer un libro
de auto ayuda que son más fáciles de leer, ah y a tirar la compresa, que hay
que equilibrar de alguna forma el cosmos.
LucíaClementine, 25 de febrero de 2013
Pero mira que llegas a ser ácida...mente divertida. E irreverente...mente provocadora. Pobres poetas, los acabas de estigmatizar. No importa, mientras sean ellos y no la poesía. Que bueno que te animes a sentarte frente a la teclas, eso también equilibra el universo.
ResponderEliminarUn relato que acaba siendo divertido y a raíz del cual incluso se podría hacer una reflexión sobre el propio concepto de “secta”, y es que este término parece tener que estar ligado única y estrictamente a la religión, pero no es así. Y bueno, creo que los poetas son distintos, para bien o para mal…
ResponderEliminarMe encanta el tono que utilizas durante todo el relato. La verdad es que me hace imaginarlo como una ola tóxica que arrastra en la caída. Un torrente de imágenes, de filosofías, de alcohol y poesía. Muy bien enlazados todos los conceptos para desarrollar la idea central. Bueno, los poemarios ya sabes lo que te recuerda siempre D. otra cosa son los poetas, que sí llegan a ser insoportables. Nunca me compraría un poeta, en cambio sí compro poemarios... debo ser un tipo despreciable...
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