PRÓXIMA PUBLICACIÓN: Si el universo no quiere, no vamos a llevarle la contra. Así que estaremos un pequeño periodo de unos 15 días sin publicaciones. Un saludo de Venerdi y Noelia.

15 de octubre de 2012

Onanista y cruel, masturbatorio.

Cuando cae la noche me gusta salir a explorar la ciudad. Me mudé aquí hace unas semanas y, aunque es una ciudad pequeña, estoy segura de que ya he descubierto algún que otro recoveco que muchos de los que llevan viviendo aquí toda su vida aún no conocen.

Esta ciudad está llena de magia en cada rincón. Ahora mismo, el cielo arde entre las estrellas y la brisa sopla suave. Estoy tumbada en la hierba, escribiendo con mi pluma en el cuaderno que me regalaste, aquel Moleskine, esperando que con él crecieran mis sueños.

Lo que no dijiste es que me lo regalabas para evitar que me sintiese sola tras tu marcha. Por compadecerte de mí.

Y aquí estoy, esperando como una tonta que aparezcas al final del camino. Si ni siquiera sabes dónde estoy... Me cambié de ciudad porque aquella me recordaba a ti. Pero no ha servido para olvidarte. Ahora me recuerdan a ti los olores y las gentes. Ahora me recuerda a ti este puto cuaderno en el que no puedo dejar de escribir. Igual, a fuerza de insistencia, aprendo a hacerlo y me hago millonaria gracias a tu condescendencia.

Conservar el cuaderno y escribir –escribirte- en él todas las noches, no deja de ser masturbatorio. Disfruto sola lo que quiero disfrutar contigo.

Tras mi ración onanista, cada noche vuelvo a casa con la cara aún llena de lágrimas, con la certeza absoluta de que jamás volveré a verte. Y me convenzo de que eso es lo que deseo mientras me pongo el camisón de seda que tanto te gustaba y cierro los ojos, ya en la cama, intentando alejar tu imagen de mi cabeza.

Por la mañana me doy cuenta de que te odio por todo el daño que me has hecho y pienso en quemar este cuaderno y en acabar de una vez por todas con esa automasturbación que me acompaña todas las noches.

Pero al ocaso, la ciudad me llama y no puedo dejar de salir con el Moleskine en el bolsillo de la chaqueta. Y vuelvo a disfrutar de la única parte de ti que me interesa bajo la luz de la luna, obviando lo que recuerdo al amanecer.

Noelia. 11 de Octubre de 2012.

5 comentarios:

  1. Un relato muy bien llevado que muestra el desasosiego de la protagonista al faltarle esa persona especial, ese alguien que lleva en el corazón y no puede sacarse de la cabeza por mucho que quiera. Mostrando una esperanza vacía porque algún día regrese. Aferrándose a ese objeto material que él le regaló y que es lo único que le queda.

    Me ha costado bastante meterme en la mente del personaje, pues esa pesadumbre que manifiesta jamás la he sentido y dudo que alguna vez lo haga.

    Un texto corto, sencillo, pero lleno de inspiración. Muy especial.

    Me gusta este proyecto que habéis iniciado, creo que va a dar muy buenos resultados.

    Un beso, None, y un saludo para Venerdi.

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  2. Muchas gracias por tus palabras. Veo que al final has sabido comprender el texto. Muchas veces no hace falta haber sentido algo para saber lo que significa.

    A mí también me gusta mucho el proyecto, ya sabes que estoy muy ilusionada.

    Un beso :)

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  3. Me ha encantado la idea de convertir el recuerdo en placer, casi como una experiencia masoquista, sensual y literariamente masoquista. Me gusta la cadencia del relato y esa última frase, como un último suspiro, se queda vibrando en los labios.
    Creo que has sabido mantener el equilibrio entre una realidad física descrita en unos retazos neblinosos -"el cielo arde"- que encaja a la perfección con la emoción que relatas.
    Aún así, creo que aún podrías llegar más lejos con la idea principal. ¿Qué pasará cuando las hojas del Moleskine se terminen de escribir? ¿Qué ocurrirá con el recuerdo cuando no se pueda rememorar al no poder escribir en un cuaderno que ya no tiene hojas?
    Muy buen relato. Muy introspectivo y creo que más emocional de lo normal. Una narradora femenina: Casi una novedad, en ti, obviamente.

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  4. Lo primero es que debo felicitar el título, porque esperaba encontrarme una cosa totalmente diferente a la que he leído (y muchísimo más guarra, todo sea dicho).

    Sobre el relato merece destacarse una vez más la conseguida atmósfera, que viene siendo la base de todo el relato, sin la cual no sería prácticamente nada, dado que la historia y la personalidad de la protagonista y única personaje de la trama excluyendo al compañero (fuera del relato por razones obvias) están sostenidas por el pilar de esa misma ambientación.

    Y seamos sinceros: a nadie le importa que una persona eche de menos a otra dentro de un relato, es probablemente uno de los cinco argumentos más utilizados en la historia de la escritura, y uno de los diez que más se ha devaluado con el paso del tiempo. Faltan ideas, falta originalidad, y sobre todo, falta naturalidad y atmósfera, cosa que tú por otra parte has conseguido. El uso del lenguaje, la breve pero emotiva descripción y el adecuado empleo de la trama revelando únicamente las partes que convengan para esclarecer mínimamente los motivos que ejercen de eje de la historia y dejar el resto en un profundo misterio. Esos elementos son los que hacen la historia especial y sobre todo mágica.

    Hacía mucho tiempo que no experimentaba por Internet la sensación de estar leyendo algo especial, y con este blog he recuperado gran parte de esa emoción. Gracias a ambos y muy buen trabajo en esta ocasión, Noelia.

    Un saludo.

    PD: a mí también me mandas un beso, que me lo he ganado.

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  5. Venerdi, muchas gracias por tu comentario. Yo también creo que se puede llegar más lejos, pero siempre se puede llegar más lejos. Las historias nunca terminan, algo así intenta mostrarnos "Cien años de soledad". Respecto a la narradora femenina... qué decir, algo tan emocional prefiero escribirlo en voz de una mujer, que sé mejor cómo sentimos...

    Muchas gracias también a ti, Wandalos. Me alegra mucho que el título te haya sorprendido, pues creo que la misión del título no es dar una idea del relato, sino que debe ser entendido una vez el relato esté terminado. Respecto a lo demás que dices, sólo puedo agradecer tener buenos lectores. Tan buenos que me hagan sentir buena escritora, incluso. Espero que mis relatos sigan pareciéndote especiales.

    Un saludo y, sí, por qué no, un beso.

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