PRÓXIMA PUBLICACIÓN: Si el universo no quiere, no vamos a llevarle la contra. Así que estaremos un pequeño periodo de unos 15 días sin publicaciones. Un saludo de Venerdi y Noelia.

8 de enero de 2013

Liberty Hotel

Llegó cansada del viaje y se acostó en la cama nada más entrar en la habitación de su ya habitual hotel, el Liberty. En la recepción estaba Jesús, un chico muy guapo, algo más joven que ella, que se ofreció a subirle las maletas.

-¡Muchas gracias! –había dicho ella-. Lo cierto es que estoy realmente cansada…

Se durmió en seguida, durante cinco minutos –o lo que a ella le parecieron cinco minutos- y cuando despertó sus maletas ya estaban en la habitación. Estaba demasiado cansada como para ponerse a deshacerlas, no tenía ninguna gana de levantarse de la cama, pero tampoco de dormir.

No recordaba si había soñado, pero se había despertado excitada. Tocó sus pezones, comprobando que estaban duros, y los pellizcó suavemente. No pudo evitar imaginar que era Jesús quien lo hacía.

Antes de darse cuenta, ya estaba acariciándose el clítoris con sus delicados dedos. Los había humedecido con saliva y se veía a sí misma tumbada sobre la mesa de recepción mientras el joven recepcionista le practicaba sexo oral.

Se le había agitado la respiración y de vez en cuando se le escapaba un leve gemido. Tenía el impulso de pulsar el 0 en el teléfono, Jesús subiría en un par de minutos… Pero en realidad no se atrevía a hacerlo.

En lugar de seguir sus impulsos, se levantó a buscar entre sus cosas el dildo que su ex la había regalado antes de irse con otra más joven. Volvió a recostarse en la cama y empezó a juguetear con él antes de obedecer a su cuerpo.

Cuando al fin lo introdujo entre sus húmedos labios y tocó el fondo del abismo, no pudo reprimir un gemido infinito. Alcanzó un ritmo frenético que le hizo sudar y clavarse las uñas en el pecho hasta culminar entre gritos de tigresa.

Terminó temblando, agotada y mareada. A la mañana siguiente se despertó desnuda y aún abierta de piernas, con el dildo a un lado de la cama, pero tapada con la sábana.

Tardó un rato en darse cuenta que alguien había colocado sus maletas y, sobre la mesa, había una nota: “Siento haber entrado aunque no respondieses. Te he arropado para que no cogieras frío. ¿Tomamos algo esta noche? Jesús.”

Noelia. 8 de Enero de 2013.

4 comentarios:

  1. Un relato divertido para comenzar el año, de esos que te dejan con la sonrisa en la boca, pero algo menos maliciosa que la que se le debió quedar a Jesús al descubrirla. Casualidades y causalidades conjuntadas para propiciar el encuentro que se adivina al final del relato,cada pieza encajando en su sitio para obtener lo que pretendes y consigues, una lectura deliciosa para enfilar Enero.

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  2. Se me han adelantado en lo que te queria decir jaja.
    Un acto que desencadena una historia y todo encaja. ¿Que pasaría si me durmira con un consolador? ¿A la mañana habría alguna nota en mi cama?
    Ojalá...!

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  3. Comienzas el año con un relato ligero, sin complicaciones y ocurrente, narrando uno de esos encuentros que sólo se producen en la mente, pero que son más que suficientes como fantasía. Espero que para este entrante 2013 vengan muchos más relatos y que el nivel esté a la altura de todos los anteriores e incluso los supere.

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  4. Auténticamente delicioso. Este relato es como espiar através de un pequeño resquicio del armario de la habitación. Me hace sonreir ese detalle de "el que su ex la había regalado antes de irse con otra más joven." Me recuerda a mi teoría sobre cuando una mujer se cambia el pelo, que ya se sabe que te va a dejar. Un relato fresco, ligero pero intimista. Un buen comienzo de año. Ahora bien, aún me gustaría que situases estas escenas en una historia más larga. A ver estas vacaciones te permites regalarnos un relato de varias páginas.

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